Sunday, November 05, 2006


Así era el cielo Adolfito?. Ahora te podés reir amigo.

Mi primer dibujo en la escuela

FELICIDAD

Para vos, naranjo en flor, que aunque lo niegues, sos más blanda que el agua.No ves que va la luna rodando por Callao (Goyeneche).

Melgarejo, quince años atrás, ya entrado en años y sabiendo que la joda serìa su compañera por el resto de sus días, se presentó un sábado a la tarde en lo de la bruja.Famosa por hacer todo tipo de trabajos, atendía en su departamento de la calle Defensa. Melgarejo pagóel bajo honorario por anticipado y se sentó frente a ella. Antes que la bruja pregunte hizo el pedido: larga vida y un bar.Al cerrar la puerta, la bruja, que habìa sentido una atracción inexplicable por Melgarejo, hizo el trabajo.El bar ya funciona a pleno, en San Telmo. La bruja comenzò a ir y no taradaron en hacerse amantes, quizá porque la bruja lo trabajó, quizá porque el destino es inevitable.El bar es una casona antigua, en ella abundan objetos estrafalarios. Decenas de espejos con marcos bizarros, viejas banquetas, un piano de cola, vitrolas y discos de pasta se multiplican por los tres enormes ambientes del bar.La barra, que es lo màs ostentoso del lugar, es atendida personal y celosamente por su dueño, que tambièn hace de croupier, ya que la timba es junto al alcohol sustento del bulín. Los espejos multiplican1 las tareas de Melgarejo, el paño verde de la mesa de timba, la barra y las vitrolas, viéndose varios Melgarejos a la vez, lo cual confunde un poco a los asistentes, que a veces, en estado calamitoso se ponen a hablarle a gritos a los espejos, le piden bebidas y profieren insultos de todo tipo. Melgarejo, al advertir la situación, sonrie, los llama a los gritos y les descorcha un buen vino a cuenta de la casa.Al bar asisten aquellos que son seleccionados por Melgarejo, no entra cualquier cristiano. Se toca el timbre y si quiere atiende o no. También un dìa puede dejar entrar a alguien, ser amable y al otro dìa no reconocerlo y echarlo a las patadas si se pone muy insistente.Lo que si hay es una pequeña clientela fija, sus más allegados lo rodean, el viejo Torres, que hace de seguridad, su Tío Tono (violinista alemán) y su amante la bruja están todas las noches en el bar.La bruja tiene su lugar en el ambiente que da al patio, la escena en la que tira las cartas a los desesperados parroquianos que buscan una respuesta se multiplica debido a los espejos. Los ademanes y el rostro de la bruja espantarían al mismo diablo.La música oscila entre el tango y el rock, en cualquiera de sus variantes, lunfardo y moderno, nacional e internacional. Goyeneche, Piazzola, Rivero, Jim Morrison y Luca Prodan convergen a lo largo de la noche, haciendo, como diría la señorita Almendra, una mezcla regocijante.El vino y el whisky a bajo precio aseguran la joda noche a noche.Esto que cuento sucede desde hace años, de manera ininterrumpida. Melgarejo es felíz.El sàbado en que la bruja le otorgó la felicidad le advertió que lo que hacía era un pacto con el mal, por no nombrarlo a El, cosa que nunca hay que hacer, al igual que los judíos no nombran a su guía, llamandolo El y que, como todo pacto con el mal tiene consecuencias gravosas para la parte dèbil que lo celebra.Le prometió que el bar duraría, que la vida sería larga, pero le contò con lujo y detalle, a travès de un oráculo, cual sería el final.Melgarejo, empecinado en ser felíz, aceptó.El final será un incendio, una noche de año nuevo, en el que arderán todos los presentes esa noche, primero terrenalmente y luego para la eternidad.Un cigarrillo anónimo tomarà contacto con una de las cortinas y el fuego devorarà todo en cuestiòn de minutos.Melgarejo, que bloquearà las salidas, arderá en su bar como el capitàn Jack Sparrow se hunde a menudo con su barco. La bruja tambièn.La búsqueda de la felicidad, que rara vez encontramos, se caracteriza por el ejercicio del egoísmo, siendo èste estado desencadenante de las mayores tragedias de la historia y aun de las màs pequeñas.1- En el cuento Tlon Uqbar Orbis Tertius, Borges dice algo que le dijo Bioy, que los espejos y la còpula son abominables porque multiplican el nùmero de los hombres. El origen de la sentencia pertenece al padre de Santiago Davobe, injustamente olvidado, al decir de Borges. Pueden encontrarse en internet alguno de sus alucinantes cuentos como Ser Polvo o El Traje de la Muerte. No suene esto a apología de Davobe, o si.

ESPÍRITU

En la pensión de la calle Borges, en Palermo, hay gente muy flashera. En algunos casos, como en el de Gavilán, el flash es producto de intensas actividades intelectuales.Gavilán tiene unos setenta años. Maestro en el arte del sexo, dedicó su vida a esta pasión y a otra, de carácter intelectual religioso: el estudio del espiritismo.Las veces que me lo encuentro charlamos largo rato de cuestiones varias, sobre todo de mujeres. Para no joderlo, porque se que para él es tema serio, nunca le pregunté acerca del espiritismo.El feriado del 25 de mayo me lo crucé en el café de Paraguay y Gurruchaga y me invitó a que me sentara con él. Lo noté preocupado, un poco ebrio y acaso inquieto. Antes que le pregunte me contó lo que lo afligía, que es mas o menos lo siguiente.Si bien en el mundo actual el misticismo ha disminuido notablemente, esto no quiere decir que los espíritus hayan dejado de pulular entre nosotros. Ciencias como la psicología han colaborado a desterrar el mito de los espíritus y en parte lo han hecho, dando explicaciones físicas y psicológicas a procesos mentales que llevan a algunos humanos a creer que los espíritus existen.Pero lo que sólo ha hecho la psicología es nada más que bajar en número el porcentaje de los creyentes.Hay espíritus buenos y malos, se sabe. De los malos hay uno que anda jodiendo bastante. Tiene la particularidad de meterse en cuerpos y mentes de miembros de una misma familia, sobre todo de hermanos. Este espíritu, antes de morir persona, había sido compañero de Gavilán en el colegio secundario, su nombre era Isaías. Le gustaba mucho la joda, tanto que lo llevó a cometer actos muy perjudiciales para él, tornándose en un ser indeseable para quienes lo rodeaban. Isaías se pegó un tiro en la estación de trenes del once, una mañana de mayo del 56. Ahí mismo comenzó a ejercer su nueva condición, la de espíritu.En los últimos años el espíritu se metió en la familia de los hermanos Massa, del barrio de Colegiales.Los espíritus suelen usar medios u objetos que en vida fueron significativos para ellos y es a través de estos medios y objetos que pasan a tener un cuasidominio de las personas usurpadas. El alcohol era el medio y el elemento de Isaías.En los últimos meses Isaías se metió en la familia Massa, del barrio de Colegiales. Primero habitó el cuerpo del hermano mayor de los Massa, un pibe tranquilo que había hecho los primeros tres sacramentos católicos, hacía deporte, era estudioso y tenía todas las cualidades que el uso social rotula como “un buen muchacho”.Al cumplir los quince años su comportamiento cambió radicalmente, empezó, mediante elalcohol, a cometer actos imprudentes. Agresiones físicas a propios, extraños y a sí mismo, robos, orgías brutales sin ningún tipo de cuidado y aberraciones de toda índole se sucedieron todas las semanas durante ocho años. Los padres, alarmados, intentaron ayudarlo mediante el cristianismo primero y la psicología después, sin lograr ningún resultado. Gavilán, amigo del padre y conocedor del espíritu en cuestión, los llevó a la Iglesia Espiritista y logró que el Guía expulsara a Isaías. El Guía también lo destinó a las tinieblas, ante la queja enérgica de Gavilán, que nada pudo hacer.El pibe volvió a ser una persona tranquila y la paz volvió a la familia Massa, pero sólo duro un mes.Ahora Isaías está en el cuerpo de la hermana, haciendo quilombo a troche y moche. Hasta ahora están intentando con la psicología, ya que la madre está convencida de que este fue el camino y no el de la Iglesia Espiritista.Después de tomar el vaso de vino, Gavilán se subió al colectivo para ir a Colegiales y hablar con la madre. Tarea difícil, me dijo antes de irse, pero no sólo soy experto en el arte del amor y del espiritismo, tengo, al igual que Jesús o Siddharta, un gran poder de persuasión.Creer o reventar, me dijo mientras se despedía.Yo le creo, porque esa noche, yo, que nunca tomé un trago, salí de caravana y totalmente ebrio terminé preso, me acordé de lo hablado con Gavilán y mediante un eructo que resonó en la celda de la seccional 23, tuve la sensación inequívoca, indescriptible mediante palabras, de haber expulsado un espíritu. Cuando me desperté vino un policía con un balde lleno de agua y un trapo y me dijo: pibe, limpia las paredes que rayaste con tu nombre, antes de que se te ponga más feo el asunto.Miré las gastadas paredes. El nombre Isaías estaba escrito por todos lados.

SACRIFICIO

El martes a la noche, Julián le avisó a su esposa que se iba a pasar el día siguiente al campo.Por la mañana lo había llamado una vez más Liliana, la hermana de su ex novia, Sofía, que estaba internada desde hacía algunos años en un instituto de salud mental, diciéndole lo de siempre, que lo único que quería Sofía era verlo a él, que por favor vaya, que se lo iban a agradecer y demás.A la mañana siguiente, en el café de Soler y Thames, se encontró con Liliana y para su sorpresa también con la madre de ella, mujer de la que desconfiaba y a quien atribuía la locura de Sofía, la separación entre ellos y cuanto mal había ocurrido en la familia. La madre era famosa en el barrio por practicar ritos satánicos y por su pinta de gato, una mujer que Julián despreciaba.Sin si quiera sentarse a la mesa Julián les dijo que partieran, que no eran necesarias las cortesías hipócritas.Se subieron al auto y emprendieron el viaje hacia el interior de la Provincia. Durante las tres horas que duró el viaje Julián pretendió leer el libro de Heiddeger que le había regalado su esposa, pero lo único que pudo hacer fue hojearlo un poco, ya que la ansiedad lo carcomía. El silencio de la madre lo irritaba y la pobre Liliana, que quiso romper el hielo un par de veces, no tuvo éxito.Por fin entraron en la quinta donde estaba ubicado el instituto de salud mentalEl edificio era una casona antigua, con una seguridad que a Julián lo sorprendió, un tipo con pinta de patovica lo revisó de arriba a abajo con gran esmero. Además había cámaras por todos lados y más gente custodiando el lugar.Esperaron en el salón de recepción unos minutos y apareció Sofía, que a pesar de llevar puesto el camisón ese que le ponen a los locos, estaba más linda que nunca. Enseguida Julián confirmó para sí que nunca había dejado de amarla.Cuando ella se acercó, el intentó tocarle la cara, pero ella se echó para atrás con rapidez, como no conociendo a quien tenía en frente, después lo miró, se rió con esa sonrisa que derretía a Julián y lo abrazó por un rato largo. La madre los miraba sin disimular su odio.Sofia lo agarró de la mano y le dijo al oído: vení, que te voy a presentar a nuestros hijos. Julián, estupefacto, le preguntó de que hijos hablaba, le recordó la noche en que ella se había fugado, luego del ataque de histeria que a él le costó un golpe en la cabeza que lo desmayó. Sofía le tapó la boca con cariño y lo llevó de la mano hacia la parte trasera de la casona.Fueron hasta el fondo del parque y cuando se iban acercando al cerco que delimitaba la estancia con el exterior, Julián vio un montículo de tierra y una pala al lado.Cuando llegaron al fondo vio lo que había detrás del montículo de tierra y descubrió el horror, tres ataúdes pequeños abiertos que dejaban ver cada uno tres pequeños esqueletos de bebé. Ahí Julián se acordó de que esa última noche ella le había pedido un hijo, a lo que él había accedido.Sofía se reía, enseguida aparecieron la madre y la hermana riéndose a carcajadas, a Julián lo invadió una sensación de irrealidad que lo hizo entrar en pánico, de repente el patovica que lo había revisado apareció en escena saliendo entre los árboles y con un certero palazo en la cabeza lo depositó en el pozo.Madre e hija emprendieron el regreso, adorando a Satanás, llorando y riendo, abrazándose y pegándose, extasiadas por el sacrificio ofrecido. A Sofía le dieron el alta al año. De Julián no se supo más nada.

Proverbios del Infierno

" Si las puertas de la percepción se depurasen, el mundo aparecería al hombre tal cual es: infinito".
William Blake.

Esto fue plenamente receptado y aplicado en vida por Jim Morrison (The Doors) quien graficó claramente su manera de vivir: "yo vivo en el subconciente".
Un brindis por Jim.

Martin Heidegger Introducción a la Metafísica (f)

" Cuando el más apartado rincón del globo haya sido técnicamente conquistado y económicamente explotado; cuando un suceso cualquiera sea rápidamente accesible en un lugar cualquiera y en un tiempo cualquiera; cuando se puedan experimentar, simultáneamente, el atentado a un rey en Francia y un concierto sinfónico en Tokio; cuando el tiempo sólo sea rapidez, instantaneidad y simultaneidad, mientras que lo temporal, entendido como acontecer histórico, haya desaparecido de la existencia de todos los pueblos, entonces, justamente entonces, volverán a atravesar todo este aquelarre como fantasmas las preguntas: ¿para qué?, ¿hacia dónde?, ¿y después qué?.

EL DIOS DE LA CALESITA

Un Dios de la tercera categoría fue condenado por el Superior Tribunal Divino a ejecutar tareas de calesitero, en la Ciudad de Buenos Aires, donde debería marcar niños, que al concluir sus vidas en la Tierra serían destinados a algún paraíso. La condena fue consecuencia del mal comportamiento del Dios en el paraíso número tres, que es un paraíso imperfecto y por lo tanto, propenso a que sus habitantes, incluso los Dioses, cometan faltas.Sin embargo, el Tribunal no considera la deficiencia como atenuante y condena con mano firme.Este Dios, que no era tan inteligente como otros dioses, tenía una ventaja, la de elegir la calesita. Eligió la del parque Las Heras, en el Barrio Norte, donde abundan los niños ricos. El pensaba que eran buenos, y así sumaría puntos para volver arriba.Trabajaba desde muy temprano, los seleccionaba mediante la entrega de la sortija, que hacía felices a los niños.Pero los años pasaban y ningún ángel se le acercó para darle alguna novedad.Un día llegó uno, vestido de celeste, y le dijo que estaba perdiendo el tiempo, que en ese barrio los niños, mañana futuros hombres, rara vez accedían al paraíso, principalmente por falta de solidaridad hacia la sociedad y ejercicio indiscriminado del egoísmo.Así, el Dios se mudó sin autorización a la calesita del Parque Lezama, en La Boca.Los Dioses juzgadores perdonaron el incorrecto actuar.Pasado un año, un día se despertó y estaba en su paraíso, gracias a la bondad del los niños de La Boca.

Petinatto

Recién Petinatto acaba de romper a martillazos un celular en cámara. Es la mejor manera, nada de romperlo contra la pared o tirarlo de un balcón. A martillazos. Nada más. Excelente.

Objetos del Infierno

Fragmento de un papiro encontrado en las ruinas de Bahía Blanca por Eudoro Acevedo en el año 3000 D.C. en pleno reinado del Diablo.Puedo aseverar, ya que soy su propio hijo, que la telefonía celular fue un invento del mismo Diablo.Creó el instrumento para entorpecer la mente humana, lo cual degeneró en diversos males.Yo les cuento el caso de mi esposa Ludmila, madre de Lucifer III, que descollaba por su inteligencia, sobre todo en el pensamiento matemático.El uso indiscriminado del aparato (hasta dormía con él), hizo que poco a poco reprima sus procesos mentales matemáticos hasta dejarla en un estado de demencia absoluto. Esto debido a los inimaginables avances que se lograron en el aparato en los años 2100 y 2200. Uno no necesitaba ni salir de la casa, que para esa época ya eran cuevas, salvo para conseguir uno, ya que no abundaban.La demencia se esparció por todo el mundo y en pocos años se volvió al estado primitivo. La gente ya no hablaba ninguna lengua, se emitían extraños gritos.Fue el detonante, afectó al mundo más que cualquier guerra, que el hambre y que cualquier otro mal que con Padre e hijo esparcimos sobre este mundito.Los actos humanos se limitaban a conseguir celulares, mataban, saqueaban, violaban, cortaban manos y pronto el canibalísmo volvió a ser el método de obtención del alimento.Los que no lograban apoderarse de uno se suicidaban pronto, disminuyendo rápidamente la cantidad de habitantes en el mundo. Los viejos que no se prendieron en la onda del momento, fueron, en los primeros años, ejecutados en las plazas, por considerárselos peligrosos.Ahora el mundito se está reconstruyendo, ya veremos que se le ocurre al Padre para que el eterno retorno se acelere nuevamente.

Los Setos Mágicos

El agente de la Administración Federal de Ingresos Públicos y gran ciclista, Samuel Becket, me contó la historia de los setos mágicos.Una mañana, antes de entrar al trabajo, por alguna situación que lo entristecía mucho, rompió en llanto. Se quedó un rato en la vereda de la calle Belgrano y de puro reflejo se abrazó a uno de los prolijos setos que se adornaban la calle.En ese mismo instante, el de la fusión del cuerpo de Becket con el seto, cesó la tristeza y la alegría lo invadió. Era una alegría moderada, que dicen que es la mejor, ya que uno no se exalta y está en un estado de calma inigualable, que podría ser, acaso, la felicidad1.También Tomás, trabajador del lavadero de la calle San Martín, que está frente a la Sociedad Cooperativa Popular Limitada (observese la contradicción popular-limitado), me contó que a la salida del trabajo iban con su compañero el convicto, compraban un par de cervezas, se abrazaban al seto que estaba ahí plantado y se iban de joda canturreando canciones de Cacho Castaña.El convicto, en su libro íntimo, esgrimió un ensayo sobre la superioridad de los setos con respecto a al estado de libertad.El fenómeno se multiplica en varios lugares de la Patagonia.Los científicos, desconcertados, no pudieron determinar que procedimientos físico químicos porducen el cambio. La única certeza es que funciona solo cuando se los abraza.Como muchos elementos mágicos, los setos son un tanto caprichosos, pueden funcionar con una persona determinada, con algunas, con todas o con ninguna, lo pueden hacer en un momento, en otro y en pocos casos siempre.Esto último dió pie a los más diversos disparates. La mayoría de las religiones y doctrinas se atribuyen la propietas divina de los setos, los adoran, les hablan, les cantan, los regan con agua mineral, les cambian la tierra, lloran desconsolados cuando no funciona y arman grandes fiestas cuando funciona. En las fiestas no escatima el desenfreno y la lujuria pero todo en un estado de calma envidiable.Algunas exlicaciones son razonables, como la de los Budistas, que postulan que son defectuosas, limitadas y degeneradas copias esparcidas por lugares deshabitados del planeta del árbol en el que recibió la iluminación Siddhartha Gautama.Como en todo elemento preciado, algunos compadritos (los más corajudos) vieron la oportunidad y cobran peaje para abrazar al seto, pero la mayoría de las veces terminan aplastados por la inmensa avalancha de gente que hace la fila para abrazar el vegetal.Una noche de mucho viento, en la que no se podía ni siquiera salir, tomamos coraje con mis amigas y amigos y cortamos el de la Administración Federal de Ingresos Públicos.Lo llevamos a un lugar secreto y el seto, rebosante, funciona siempre, nuestro amigo el inmortal, que sufría uno de los peores defectos de la inmortalidad, la confusión, ya no inenta llamar por teléfono a Santo Tomás de Aquino, ni le advierte a gritos a Aquiles sobre el Talón, desde aquella noche le tomo el gustito a la vida y no se mueve del lugar.Una madrugada nos quisieron robar el seto, pero pobres ladrones, por el seto, la vida.

1. Dalmiro Sáenz esgrimió un impecable concepto de felicidad: "felicidad es todo aquello que sentimos como felicidad".

FRACASO

El fracaso del blog es evidente, la falta de comentarios así lo indica, igual voy a seguir escribiendo algunos cuentos espantosos más, con la ilusión de mejorar aunque sea un poco, aun más, porque hay un puñado de personas, que son la gente que más quiero, que me alienta a hacerlo y porque mi elevado ego (que no logro disolver) no me permite no escribir en el blog.Igualmente soy bastante piadoso, virtud que me fue enseñada por mi amigo Magnus Pietatis Talpa1 y hay unos cuantos cuentos que no pongo en el blog. Pero capaz que uno de estos días se termine la piedad y los ponga, quién sabe.

1. El Topo de la Piedad Máxima.

ni tronco de bola explicación .

Idiomáticas.Ni tronco de bola. represion fisica y mental sin soluciones !!cuando jacinto dijo que era corta la bocha no solo todos se sorprendieron sino q ue se rieron y siguieron con sus labores sion que tambien ni tronco de bola ! cuack !! es para pensar segun ese muchacho culto de politica .
x don j. = http://www.tempestadexigente.blogspot.com

Prólogos.

Quiero aprovechar para chamuyar sobre algo que ya leí varias veces y una de esas veces fue hace pocos días.El que escribió el prólogo al libro de cuentos Todos los Fuegos el Fuego de Cortázar, dice que la virtud y por ende excepcionalidad del autor, es que en su obra lo fantástico está dentro de lo real, desdeñando las máquinas de invenciones, haciendo clara alusión a La Invención de Morel y los objetos mágicos, aludiendo a El Aleph.Primero se ve claramente que esta persona no tiene una noción acertada de lo que es fantástico, debería leer en el diccionario la palabra fantástico, que quiere decir: quimérico, fingido, que no tiene realidad.Puede aparecer dentro de lo real o superponerse ambas cosas, pero lo fantástico es lo fantástico y lo real es lo real. Esto sucede a menudo, hay gente que parece no distinguir entre lo real, que puede ocurrir y lo fantástico, que suponemos, no puede ocurrir. Parece que el prologista de Todos los Fuegos el Fuego sufre de ese lamentable mal. También me parece de muy mal gusto prologar un libro difamando indirectamente y sin coraje otros libros, que por otra parte son obras maestras de la literatura argentina.En un cuento de Cortázar, que es de otro libro, una familia decide montar un patíbulo en el jardín de su casa de la calle Juan B. Justo, ante la sorpresa de vecinos y transeúntes. Este cuento es clasificado por varias personas (sucedió en un curso de literatura, inclyo al profesor) como fantástico, cuando es algo que puede ocurrir ciertamente. Señalé esa contradicción, pero pronto abandoné la defensa, no tenía aliados.Lo fantástico, la esencia de lo fantástico, son cosas no reales (objetos, máquinas, fantasmas) y no debe desdeñarse la labor de numerosos y excepcionales escritores porque se basen en un objeto mágico o en una situación mágica para construir un relato. Pero bueno, gustos son gustos y hay personas que parecen indignarse con los objetos mágicos en los libros y esto les llega a producir una confusión fundamental: el no distinguir entre lo real y lo fantástico.

Idiomáticas

Caer en cana (ir preso).
Si nos agarran, caemos en cana.

Idiomáticas

Mandar Fruta (una de mis preferidas).
No sabés, los pibes mandaron futa y están en cana.

Idiomáticas

Hacerse el plato.
No sabés como nos divertimos, yo me hice el plato.

Idiomáticas

Prender la lamparita.
Che, no se me ocurre nada, pero ya se me va a prender la lamparita.

Idiomáticas

El Ojo Biónico.
Vos que te pensás, que tengo el ojo biónico?.

HISTORIA ROMANA I


En un anochecer del año 44 a.c. , en Roma, un integrante del Colegio de los Augures le comunica Julio César que al día siguiente será asesinado.Le cuenta los detalles, el de la traición de su protegido Brutus, el del puñal que se usará para la ocasión, el de la estatua de su otrora enemigo, Pompeyo, bajo la cual dejará este mundo.Julio César lo ignora, le dice que ya es época de prescindir de las alucinaciones de cuanto augur ande por ahí.Esa noche, en el Colegio de los Augures se armó un gran revuelo, que combinado con el vino derivó en furia hacia César.Si bien en la práctica el Colegio de los Augures carecía de facultades punitivas, influía en gran parte de los ciudadanos romanos a través de sus augurios, que algunas veces se cumplían y otras no, en este último caso se atribuía el no cumplimiento a una voluntad exterior, la de los dioses. Así, mantenían la confianza del populus y de las magistraturas.Los Augures omitieron informar su augurio a la guardia de Julio César, dejando así que al otro día el hecho se produzca. Esta actitud fue impulsada principalmente por uno de los más viejos, Iunio, quien detestaba a César y tenía pretensiones de ser Emperador, una vez caída la República e instaurado el régimen imperial.Esa noche, Julio César cenó con Brutus y sus amigos, aunque estaba un poco inquieto, no dejó que la superstición lo perturbara, hasta se mostró amable y expuso sus proyectos a futuro.Al otro día, en el Senado, lo mataron. La carta que no llegó a leer, que el buen Artemidoro le quiso entregar y él rechazó, podría haber sido su salvación, ya que no era aviso de ningún augur. Pero no fue así.Tulio dio la señal de ataque, Casca lo hirió primero, el grito pidiendo ayuda a Brutus no sirvió, pronto éste y otros lo rodearon, clavando sus espadas en el cuerpo.Paradójicamente falleció bajo la estatua de su mayor enemigo, Pompeyo.Hay quienes pretenden que si Julio César hubiera prestado atención a los Augures, su imagen hubiera sido aun más grande de lo que fue.Sin embargo creo que lo que hizo posible que Julio César sea recordado hoy en día y a lo largo de la historia fue principalmente el hecho del asesinato a traición.Los hombres necesitan de hechos románticos, para inmortalizar, a través de la historia y el arte, a las figuras más lejanas en el tiempo. Así sucedió con Jesucristo y el episodio de la cruz, así con Sócrates y la cicuta. Así sucederá con tantas otras.

UN INMORTAL

“Firmaría ya mismo un contrato bajo cualquier condición, con tal de vivir para siempre”.
Adolfo Bioy Casares.



Ese día hablábamos sobre la inmortalidad, sobre los problemas que esta podría traer y sobre las ventajas, una de las cuales es, principalmente, vivir para siempre.A la tarde fuimos a caminar por los bosques de Palermo, sacando fotos del lugar.Nos llamó la atención un hombre de unos sesenta años que iba en rollers, de la mano de una mujer que caminaba rápido, como obligada a seguir de su mano pase lo que pase.Nos reímos y lo fotografiamos, después nos sentamos en la orilla de la laguna. De repente el fotografiado, siempre con sus rollers puestos y la mujer agarrada de la mano, se nos sentó al lado y nos contó su historia.Era un inmortal, pero con la inmortalidad adquirida hacía poco tiempo. Otro inmortal le había pasado el dato para ir a visitar a uno que concedía la inmortalidad todos los lunes a las tres de la madrugada, acá mismo, en los bosques.La adquisición dependía de un pacto perpetuo, cuyas condiciones imponía el otorgante, una persona de aspecto joven, pero que había visto cuanto pasó desde la edad media hasta nuestros días.En el caso de nuestro fotografiado, el pacto consistía en andar para siempre con los rollers y con la mujer (a la cual despreciaba) de la mano. Así, debía realizar para siempre todas sus actividades con las dos cargase para ser eterno.Nos contó que por ahora se la bancaba, pero que la inmortalidad comenzaba a ser molesta. Pero después de todo, nos dijo, el hombre es un animal de costumbres, pronto me acostumbraré y entonces veré todo lo que pasará hasta el fin del mundo, mientras muchos que se ríen de mí, incluso ustedes, queridos amigos, desaparecerán. Dicho esto último, nos deseo larga vida y se fueEl lunes a las tres de la mañana tenemos planeado venir al Bosque, y pactar bajo cualquier condición que se nos imponga.

UN PROBLEMA VECINAL

El vendedor de pochoclos anda siempre en su motito, que tiene anexado en la parte trasera un cubículo en el cual lleva los pochoclos que intenta vender con poco éxito.Hasta hace unos meses iba por las calles de Adrogué haciendo sonar una musiquita que no provenía de un stereo, sino que lo hacía de uno de esos aparatitos a pilas que hacen sonar canciones navideñas.El vendedor es un hombre fornido, de rostro duro y barba blanca, siempre lleva puestos un pullover negro y una boina celeste.De tanto pasar y pasar se hizo conocido en el barrio, lo que hizo que algunos se apiaden y salgan a comprarle. El vendedor se mostraba simpático, tomaba las monedas y dejaba una bolsa violeta que contenía los pochoclos.Con el tiempo se descubrió que su propósito no era vender pochoclos. Lo que vendía eran pesadillas. Usted comía un pochoclo y a la noche tenía horribles pesadillas.También tenía otras facultades sobrenaturales, como la de darse vuelta cuando uno lo estaba mirando o hacer lo mismo cuando uno lo espiaba, como lo hice una vez, entre las endijas de la persiana del living de la calle Laserre.En el barrio se comentaba el fenómeno de las pesadillas, y descartando hipótesis, pronto el vendedor quedó al descubierto.Enseguida un grupo de vecinos, de los más compadritos, decidieron darle captura.Lo rodearon en una calle sin salida, la que termina en una plaza, pero de manera sobrenatural, como a él correspondía, escapó, no sin antes dormir a sus captores y propinarles horrendas pesadillas, de las cuales nunca lograron sobreponerse.Abandonó el carro, que luego unos muchachos incendiaron, con pochoclos, música y todo. El carro emitía una potente luz violeta mientras se incineraba.En cuanto al vendedor, se dice que anda por Claypole, que no queda lejos, pero nadie se anima a ir a buscarlo.

EL DIOS DE LA CALESITA

Un Dios de la tercera categoría fue condenado por el Superior Tribunal Divino a ejecutar tareas de calesitero, en la Ciudad de Buenos Aires, donde debería marcar niños, que al concluir sus vidas en la Tierra serían destinados a algún paraíso.La condena fue consecuencia del mal comportamiento del Dios en el paraíso número tres, que es un paraíso imperfecto y por lo tanto, propenso a que sus habitantes, incluso los Dioses, cometan faltas.Sin embargo, el Tribunal no considera la deficiencia como atenuante y condena con mano firme.Este Dios que no era tan inteligente como todos los dioses, tenía una ventaja, la de elegir la calesita. Eligió la del parque Las Heras, en el Barrio Norte, donde abundan los niños ricos. El pensaba que eran buenos, y así sumaría puntos para volver arriba.Trabajaba desde muy temprano, los seleccionaba mediante la entrega de la sortija, que hacía felices a los niños.Pero los años pasaban y ningún ángel se le acercó para darle alguna novedad.Un día llegó uno, vestido de celeste, y le dijo que estaba perdiendo el tiempo, que en ese barrio los niños, mañana futuros hombres, rara vez accedían al paraíso, principalmente por falta de solidaridad hacia la sociedad y ejercicio indiscriminado del egoísmo.Así, el Dios se mudó sin autorización a la calesita del Parque Lezama, en La Boca.
Los Dioses juzgadores perdonaron el incorrecto actuar.Pasado un año, un día se despertó y estaba en su paraíso, gracias a la bondad del los niños de La Boca.

EXAMINADOR

A Sam.

EXAMINADOR

Gran cantidad de informes han intentado dar cuenta de éste fenómeno, pero los autores, salvo alguna excepción, han enloquecido. Entre las excepciones estoy, eso creo, porque seguramente él así lo quiso.Garciarena es un joven poco agraciado en cuanto a estética corporal se refiere, es bajo, flaco y tiene dificultades motrices; su cara expresa una ironía irritante, inmutable.Camuflado en esta sociedad como un estudiante de Abogacía, se hizo notar ante Damián y ante quien pretende dar cuenta del fenómeno, ambos compañeros de curso de Garciarena.La primera manifestación fue un sueño de Damián, en el cual Garciarena no era un compañero, sino el único profesor de una mesa examinadora, una mesa de formas no compatibles con las de la vigilia y un entorno tampoco compatible con un aula, era un vasto campo, con pastizales y árboles de diversos colores, donde no predominaba el verde, sino el celeste, acompañado de otros colores que poco se observan en la flora de la realidad. También había una fogata, entre el examinador y el alumno, que mitigaba el tono oscuro del lugar, y que hacía posible que se distingan los colores, pero sobre todo cumplía la función de iluminar el rostro de Garciarena, siempre con una expresión de burla hacia el examinado.Luego de examinarlo y aprobarlo, emitiendo extrañas carcajadas mientras ejecutaba la tarea, le dijo, con vos chillona: a vos o a tu amigo, les concederé la gracia, para algunos desgracia: la de saberlo todo. En ese momento Damián se despertó.Al otro día mi compañero me contó el sueño. Sentados en la última fila del aula magna de la Universidad, que nos otorgaba la pequeña pero agradable impunidad de reírnos durante la clase (que poco nos importaba), conjeturamos acerca del sueño, imaginando diferentes variantes del mismo. Y sucedió lo impredecible. Garciarena, que estaba en la primera fila, es decir, a una distancia considerable como para escucharnos, se dio vuelta y nos miró riéndose, ante nuestra incredulidad. Siguió mirando, mientras su sonrisa se apagaba gradualmente, hasta que su rostro se tornó serio, atemorizante.Al salir de clase intentamos justificar el hecho, primero mediante argumentos racionales, luego irracionales, o sea:1- Que Garciarena, debido a sus problemas motrices, tuviera en compensación una audición fenomenal.2- Casualidad (la cual desechamos debido al tiempo en que nos miró).3- Que Garciarena sea, efectivamente, un ser sobrenatural.A la noche tuve un sueño, el sueño. El lugar, el campo que me describió Damián, también estaban la irregular mesa, la fogata, el examinador con su rostro sarcástico iluminado, lo que difería era la situación.En este sueño no hubo examen, pero me contó Todo. No habló, sólo se sucedieron las imágenes, la primera me mostró el origen del Universo, no era una explosión, no era ningún Dios, era él, en forma de semilla. Con el tiempo mutó, fue madera, fue un mineral, fue agua, fue una moneda y muchas otras cosas hasta adquirir un cuerpo humano. En cuanto a una casa, un arquitecto; en cuanto al Universo: Garciarena.Luego, siempre con imágenes, me mostró con precisión inhumana y sintética todo lo que pasó y pasará con una ínfima parte del universo, nuestro primero apacible y hoy convulsionado planeta.En cuanto a lo que pasó, es lo que todos sabemos, a través de científicos e historiadores, que han obrado muy bien, agregaría luego de mostrarme las imágenes. En cuanto a lo que pasará será todo muy vertiginoso.La caída del imperio actual acelerará el proceso, las evoluciones científicas (sobre todo en materia nuclear) también contribuirán. La evolución tecnológica solo hará, para algunos, más placentero el final.Por último, la naturaleza, en sus numerosas variantes, arrasará con todo, reduciéndose ella misma a la nada: natura dominum totus, incluyendo esto su extinción, como un suicidio. Así el Orbe entero desaparecerá del sistema solar. Esa era la última imagen, el sistema solar sin el planeta Tierra.No hizo alusión a los sentimientos del ser humano ni a los suyos, me pareció haberle preguntado sobre eso, creo que se enojó, ya no me mostró más imágenes y fue entonces que el sueño terminó.Al otro día fui a clase, cuando Garciarena enfiló para adelante, como siempre, se detuvo un momento y nos miró, sonriendo. Unos minutos más tarde, mientras hablábamos del sueño, se dio vuelta y volvió a mirarnos, pero esta vez, a pesar de la lejanía, notamos en su rostro una lágrima. Yo lo comprendí, en el sueño, también me confesó que el desaparecería físicamente junto a este planeta, al cual, con el tiempo, había empezado a querer. Vagaría luego por algún otro lugar del espacio, del infinito Universo, en forma de cometa y para siempre.

EL TIGRE DE PLATA

Llegué al pueblo un domingo a la tarde, el silencio, en contraste con el ruido de la ciudad, era abrumador.Ya me lo había advertido el veterinario Petersen, oriundo de este apacible pueblo, cuando me contó lo mucho que lo irritaba la falta de ruido, siendo uno de los causales que lo determinaron a partir a la gran ciudad. Curioso el actuar de Petersen, este proceso se repite entre los seres humanos, mayormente a la inversa, es decir, personas que cansadas del ruido se trasladan a lugares donde predomina el silencio.Bajé del ómnibus acompañado de una anciana de ascendencia alemana, que venía de hacerse chequeos en el hospital de la ciudad, la dama no terminó el gran monólogo hasta que nos despedimos, entre los variados temas surgió para mi sorpresa la filosofía, ahí expuso de manera brillante y con admiración el pensamiento de Schopenhauer, lo cual me alivianó el tedio.La vereda de la entrada a la terminal se limitaba a un metro y medio de polvo de ladrillo, que la separaba de una amplia calle de tierra. La calle se abría camino en línea recta, en bajada, permitiendo ver hacia los costados, como un cuadro, la geografía edilicia del pequeño pueblo, además de la gran cantidad de pinos plantados en hilera, a un lado y otro de la calle (que parecía ser la única) con total precisión.El trabajo que me encomendaron en el diario se limitaba a escribir una crónica del lugar, entrevistar a un vecino ilustre o anciano y sacar alguna foto que acompañe la nota.Saqué la cámara y tomé una foto de lo que se veía desde la entrada de la terminal.Me hice camino por la larga calle.En las primeras dos cuadras, de un lado y otro, se concentran los comercios del pequeño pueblo, el almacén, el bar, la estación de servicio, la tienda de ropa, la comisaría, la delegación municipal y la iglesia. Plaza no hay. Más allá, se veían las bajas casas, con sus pinos a los costados, que poblaban el paisaje.El calor era agobiante, lo primero que hice fue ir al bar. La fachada era de madera oscura, cual bar del lejano oeste. La puerta estaba abierta, adentro se encontraba, detrás del mostrador, el barman, en las altas banquetas estaban un joven y un viejo, que parecían ser padre e hijo.Saludé y los tres se mostraron un tanto hoscos, pero devolvieron el saludo. El joven y el viejo se despidieron.Pedí un agua bien fría mientras charlaba con el barman, un hombre de unos cuarenta años, calvo y con barba candado, con un rostro duro pero que exhibía una sonrisa irritante que no se apagaba nunca. Le conté el motivo de mi llegada al pueblo.-- Dónde se va a hospedar? —preguntó el barman.-- Eso le iba a preguntar yo­ ---contesté.-- Mucha gracia me da que no sepa de la falta de hoteles del pueblo, yo alquilo una pieza en el fondo, la entrada es por el costado, 10 pesos por noche, con baño incluido. La comida se paga aparte.Como no había otra opción, sin más preguntas ni examinar el lugar, aboné la primera noche.El barman me contó algunas cosas del pueblo, me dio un par de nombres e indicaciones de gente grande para ir a entrevistar. También me dijo que hable con su hermano, el delegado municipal.Pasé el resto de la tarde mirando Banfield-Lanús en el televisor del bar. Al terminar el partido, que ganó Banfield con un golazo de Garrafa Sánchez en la última jugada, ya era de noche.Coma algo ahora, dijo el barman, que luego esto es un hervidero de viejos bebiendo y jugando cartas.En efecto, luego de la comida, se produjo el hervidero. Caían de a dos o tres, riendo, al verme, las sonrisas se apagaban un poco, eran unos veinte, dos se presentaron, el resto pretendió ignorarme.Seguía viendo televisión, esta vez el programa fútbol de primera, comentando con el barman, como buen argentino conocedor de fútbol, los partidos de la fecha.En una pausa, tímidamente, alejándose de las mesas de ginebra y timba, se acercó a la barra un viejo, pidió whisky para dos y se presentó como Adolfo.Adolfo estaba casado con Rita, una bella señora que lo acompañó a todos lados, incluso a éste pueblo, al que llegaron con lo puesto alrededor del año 1950. Abrieron el almacén, que años después venderían al matrimonio de los Chitarrini, para dedicarse a la elaboración de alimentos típicos de la zona y su posterior venta en toda la provincia, negocio que les daba mucha plata.Vivían en una de las casonas que se encuentran alejadas del pueblo, del otro lado del cerro, como se dice por acá.El pueblo es un lugar apacible, en el que el tiempo parece haberse detenido, pero esconde, como todo pequeño pueblo, algún secreto abominable. El secreto se esconde para los forasteros, ya que entre los habitantes, tácitamente, el asunto se sabe. El simpático Adolfo rompió el código pueblerino.Reproduciré lo que me contó, mientras bajaba con notable destreza cada vaso de whisky Criadores que le servía el barman, que no prestaba atención a nuestra charla, demandado y distraído por el resto de la clientela.En su documento de identidad figuraba el nombre Pablo Petrovic. Se dice que el anciano es hijo de un matrimonio serbio, arribado al país a principios del pasado siglo y a este pueblo al promediar el siglo.Pablo Petrovic vivía solo en una casa quinta antigua del pueblo, del otro lado del cerro.Era moneda corriente por el lugar, la congregación de vecinos (en su mayoría niños) que se deleitaban ante las ocurrencias del anciano. Estas constaban principalmente en salir al jardín delantero de la casa vestido con uniforme de soldado, levantar la bandera de la ex Yugoslavia, que se alzaba majestuosa en el cielo sureño, en el primer crepúsculo del día y, en el último crepúsculo, bajar la bandera, doblarla prolijamente y enfilar en paso solemne hacia la casa.Sus salidas de la casa eran esporádicas, dos o tres veces por mes, se presume que para algún acontecimiento especial. Del resto se encargaba Flora, la mucama, a quien algunos juran haber visto vestida con el mismo uniforme que su patrón, cosa que ella desmiente.Es interesante lo que había dentro de la casa, en el cuarto del fondo. Una colección de armas de las más usadas en la segunda guerra mundial ocupaba la vitrina instalada en la pared de uno de los laterales internos del cuarto del fondo, en otra, fotos que reflejan el horror de la guerra, pero que parecían enorgullecer al señor Petrovic, junto a varios instrumentos de tortura. De la tercera pared colgaban medallas, trofeos y plaquetas, una de ellas, en alemán, rezaba: Al Tigre de Plata, de A.H., por colaborar en la causa. En la cuarta pared, la que enfrentaba a la puerta, había una gigantografía de Petrovic, cuyo vetusto rostro (que sonreía) exhibía unos dientes levemente afilados, la rodeaban numerosas fotos de cadáveres de niños, adultos y ancianos.Resultó ser que Petrovic había sido militar de alto rango en el ejército de la Yugoslavia de Tito, de gran tarea en la década del cuarenta. Había enloquecido gradualmente, ya nada le importaba, de ahí los episodios de exhibir la bandera a diario y de tratar a su empleada doméstica como soldado raso.El pueblo entero sabía que se trataba de un genocida, pero nadie lo denunció, se dice que alguien (sospecho que el propio Adolfo, por el tono en que dijo la palabra alguien) lo hizo entrar en razón, le aconsejó no exhibir más su bandera, ni salir en uniforme, esto provocaría que algún forastero lo denuncie. Así nunca fue descubierto.La causa de la protección de sus vecinos no procedía de la bondad ni otro sentimiento afín, sucede que el Tigre de Plata les pasaba a los vecinos más importantes del pueblo una buena cantidad de dinero por mes. Así, con el tiempo, se gestó el siniestro pacto mediante el cual, a cambio de dinero, cada familia del pequeño lugar debía guardar silencio.También se dice que sus dos o tres salidas por mes no eran para ejecutar diligencias en su beneficio, ni para visitar gente, mucho menos para ir a la iglesia, costumbre que practican otros colegas de Petrovic instalados en el país. Las salidas del Tigre de Plata eran para ajusticiar a aquellos gauchos de los campos cercanos que tuvieran la mala idea de robar o injuriar a los vecinos de las casas quintas lindantes a su propiedad, los enfrentaba a cuchillo y en el entrevero siempre resultaba ganador. Esa es otra de las razones por las que los vecinos lo amparaban, algunos ya no lo hacían por el pacto, sino por gratitud. Incluso los más viejos y hasta los tres policías que el Gobierno destinaba al lugar, intentaban, sin éxito, hablar con él, querían no solo que ajusticie a quien perjudique a la comunidad, querían también que haga tareas de prevención, que se anticipe a los hechos.Pero parece que era mucho pedir. El Tigre de Plata no los quería recibir, su placer no radicaba en prevenir, sino en ejecutar, en ajusticiar, y lo mejor, encontró el pueblo y la gente adecuada para satisfacer sus ansias criminales, que no desplegaba desde la guerra.A Pablo Petrovic no se lo ve hace tiempo por el pueblo, la casa fue encontrada hace unos veinte años, después del cambio de gobierno, abandonada, pero con todas las cosas adentro, alguien (Adolfo?) se encargó de limpiar los rastros que podían comprometer al genocida. Por lo bajo se comenta que se fue a otro país de Sudamérica, con seguridad a ejecutar un pacto similar que el que tenía con los habitantes de este pueblo del sur argentino.Mañana intentaré fotografiar la casa y escribiré la crónica, no sé si será de utilidad contar el secreto de Adolfo, carezco de pruebas.

San Martín y 25 de Mayo

A Narciso.

PETISOS Y LLAMAS.

Ambos animales pasaban sus tardes en la esquina céntrica de San Martín y 25 de mayo. Niños y grandes se acercaban a ellos.Los momentos de distensión consistían en que sólo se acercaran, pero estos eran pocos, ya que el horror repetido constaba en que algunas de estas gentes se fotografiaran junto a ellos, consistiendo este procedimiento no solo en la simple fotografía, sino en lo siguiente: en cuanto al petiso se le subían encima, los más osados e incomprensivos le pegaban con la fusta que el fotógrafo les entregaba, para que salga una buena foto; en cuanto a la llama, la abrazaban, pero igual recibía algunos golpes cuando renegaba, aunque el trato que recibía era menos violento.Los animalitos pasaban todos los días de sus vidas en la esquina, el petiso siempre con la cabeza gacha, y parado en sus cuatro cortas patas, con una expresión de resignación notoria; la llama con la cabeza en alto, gesto desafiante y sentada.Más de una vez la llama intentó escapar, su huida se circunscribía a solo unos metros, ya que el dueño Heriberto, conocido ex defensor de Tiro Federal, tiraba de la cuerda que la sostenía del cuello y vuelta la llama para la vereda se reiniciaba el proceso. El petiso no tenía chance, siempre cabizbajo.Narciso, el único vagabundo de Comodoro, en una de las pocas veces que se lo ha escuchado hablar, comentó a unos muchachos de un barrio de la zona norte que él creía en la reencarnación, pero en su creencia sostenía que esta ocurre cuando la persona lleva una mala vida, decía que una vez que el alma deja el cuerpo, se encuentra con un Dios, cuya apariencia es la de un minotauro y si efectivamente el alma desarrolló una mala vida le propone reencarnarse para acceder luego al paraíso, ofreciéndole dos o tres animales, entre los que tiene que elegir para que su alma habite y así, purgar sus pecados. También les dijo, sentado en su conocido banco de tres patas y señalando al petiso y la llama, que él o la que eligió ser petiso le había errado, y el alma que habita la llama había acertado, siempre que se entienda por acertar pasarla lo más bien posible, ya que ser animal nunca es grato. Les dijo que lo peor de todo, era que no es cierta la aseveración científica y creencia popular de que los animales no piensan, eso sólo se aplica a los que no fueron personas, en cambio, los que fueron personas si lo hacen. La otra parte del calvario es no poder manifestarse, no poder moverse como cuando el alma habitaba un cuerpo humano, tradúzcase esto en no poder hablar, ni escribir, ni nada. Los únicos placeres son el alimento y la cópula, si es que hay mano caritativa y colega dispuesto. Únicamente se pueden inferir cierto estado de ánimo, en sus posturas, en sus miradas, pero un dolor los puede atormentar que si no emiten un chirrido muy prolongado nadie les presta atención.Hace ya cientos de años, cuando en estas zonas no había más que los cerros y el mar, el jefe de una tribu aborigen especuló con esto que Narciso contó a los muchachos, tal postulado fue transmitido de generación en generación y es sostenido por los descendientes de esta tribu que viven en campos al norte de la ciudad.Entre los que creen que el alma existe, esta es una de tantas creencias.Pasaron ya unos cuantos años del diálogo entre Narciso y los muchachos, estos muchachos desaparecieron físicamente, también el querido Narciso. Actualmente, en la ciudad, hay más llamas que petisos.