Sunday, November 05, 2006

UN PROBLEMA VECINAL

El vendedor de pochoclos anda siempre en su motito, que tiene anexado en la parte trasera un cubículo en el cual lleva los pochoclos que intenta vender con poco éxito.Hasta hace unos meses iba por las calles de Adrogué haciendo sonar una musiquita que no provenía de un stereo, sino que lo hacía de uno de esos aparatitos a pilas que hacen sonar canciones navideñas.El vendedor es un hombre fornido, de rostro duro y barba blanca, siempre lleva puestos un pullover negro y una boina celeste.De tanto pasar y pasar se hizo conocido en el barrio, lo que hizo que algunos se apiaden y salgan a comprarle. El vendedor se mostraba simpático, tomaba las monedas y dejaba una bolsa violeta que contenía los pochoclos.Con el tiempo se descubrió que su propósito no era vender pochoclos. Lo que vendía eran pesadillas. Usted comía un pochoclo y a la noche tenía horribles pesadillas.También tenía otras facultades sobrenaturales, como la de darse vuelta cuando uno lo estaba mirando o hacer lo mismo cuando uno lo espiaba, como lo hice una vez, entre las endijas de la persiana del living de la calle Laserre.En el barrio se comentaba el fenómeno de las pesadillas, y descartando hipótesis, pronto el vendedor quedó al descubierto.Enseguida un grupo de vecinos, de los más compadritos, decidieron darle captura.Lo rodearon en una calle sin salida, la que termina en una plaza, pero de manera sobrenatural, como a él correspondía, escapó, no sin antes dormir a sus captores y propinarles horrendas pesadillas, de las cuales nunca lograron sobreponerse.Abandonó el carro, que luego unos muchachos incendiaron, con pochoclos, música y todo. El carro emitía una potente luz violeta mientras se incineraba.En cuanto al vendedor, se dice que anda por Claypole, que no queda lejos, pero nadie se anima a ir a buscarlo.

1 Comments:

Blogger PRODUCCIONES DEL GOLFO said...

Arbusto dijo...

Juan, estoy disfrutando como un nene con tus cuentos. Mas maravillas. Un viejo que vende pesadillas bajo la forma de pochoclos. Un barrio que lo descubre por deducción. La mudanza a Claypole, y el miedo de ir a buscarlo. Buenísimo.

4:46 AM


CiNti@! dijo...

A mi da un poquito de pena el pobre hombre que vende pochoclos, pero no creo que venda pesadillas, ademas me da miedo como estaba vestido, eso me da mas miedo, siempre con la misma ropa, no le dira su mujer que se cambie antes de salir????

7:24 AM


un burro dijo...

Uh que se calle la mujer de arriva, por dios. No sabe disfrutar de ningún cuento si no se queja!
Saquenlaaaaaaaaaaa!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!


calle burro, es solo un humano.

bueno, ya está :D

7:57 PM  

Post a Comment

<< Home